viernes, 29 de junio de 2007

Driftin' along

Piola.

De pronto la vida pasa sin trastornos. Tampoco hay rutina, por lo que me siento en el limbo de las quejas clásicas. La vida simplemente tomo una vía ligera, unas verdaderas vacaciones, sin estar cagrada de hueas "vacacionescas" que hacer.

Se siente rico. nisiquiera la mente inquieta esta ocupada retorciendose en mi cavidad craneana. Solo... flota ahi, en su condicion de ente indefinible, que ha sido objeto de innumerables intentos de descifrarse, de parte de esos porfiados de los filósofos.

Solo escribo estas lineas para mantener actualizado este pedazo abierto de mi mismo, y para expresar este sentimiento tan rico, también. Me siento a la deriva.

Wooohoo!

domingo, 17 de junio de 2007

Aprender

Quiero no saber.

No me refiero a todo, a empezar de cero. Pero como me encantaria no saber nada de lo que los medios nos entregan... Me encantaria, por ejemplo, no saber nada de lo que las películas nos transmiten. O los libros. Todas esas obras que nos cuentan historias, donde al comienzo se nos plantea una situación, luego se viene un problema para nuestro querido protagonista y al final, por esas cosas de la vida, hay un desenlace, bueno o malo. Convencional o no convencional.

Pero siempre en este final nos quedamos con la historia, los problemas, inquetudes y decisiones de otro, que no somos nosotros. Como si nos enseñaran una de muchas formas de abarcar un problema. A medida que leemos/vemos estas cosas, vamos adquiriendo una vision del mundo a base de experiencias ajenas y muchas veces ficticias. Todo esto desde nuestros comodos asientos.

Pero... ¿seran estas versiones del mundo realmente dignas de nuestra confianza? Hace poco me llego a la mente un pensamiento extraño pero con sentido: los libros y las peliculas muchas veces nos privan de nuestra propia capacidad de aprender de nuestro medio. La verdad es que no he analizado con detenimiento esto, pero es muy probable que este peo mental venga con mucha verdad en el.

Acepto comentarios al respecto.

sábado, 9 de junio de 2007

Paréntesis Nº 1: 4/6/07 a 9/6/07


En mi post anterior me referi a la falta de momentos propios, sobrepasados por todos esos asuntos insignificantes y vanales que nos mantienen ocupados a diario. Pero suelen llegar unos espacios dentro de la rutina que, si bien no son la ausencia total de estos asuntos, significan una importante baja en la cantidad de estos. Así, desde que tuve el placer de abrir este blog, comienzo a redactarles el primer Paréntesis en mi vida desde la apertura.


La Influenza resulto ser una buena oportunidad para mirar el techo y no tener nada de que preocuparse (ya que el sonarse se volvió un reflejo activado cada unos 2 minutos). Me significó estar postrado en cama 5 dias completos, a excepción de las expediciones al baño y las caidas de la cama, y esto se volvio una importante oportunidad de ejercitar algo relativamente cercano a lo que llaman contemplación. El ocio. La odiada rutina se convirtió en un ir y venir de horas de sueño, que se repartian de manera irregular en mi cabeza. Aveces incluso soñaba, cosas extrañas que no alcanzo a recordar en detalle.


Esa mania que tengo de pensar y analizar cosas sin resultados matematicamente exactos y si con resultados bizarros y sin sentido aparente quedó atras, ahora solo pensaba en cosas bizarras y sin sentido aparente, sin pasar por el análisis previo. Un buen ahorro de tiempo!


Creo que amé esa inactividad. No llegue a aburrirme en ningun momento. Bueno, puede ser tambien porque a ratos me escapaba al exterior a traves del computador... pero aun asi no dejaba el delirio, y fue algo exquisito.


Ahora llego cansado de eso y fresco para la rutina, una sensacion rara que me ataca. Tareas que hacer, materia que poner al dia y amigos con quienes resumir esta semana ausente de mi.


Vamos... espero el proximo delirio.

viernes, 1 de junio de 2007

Svo Hljótt

Silenciosamente...



Cerrar los ojos y escuchar la ráfaga confusa de pensamientos y sentimientos que se me viene a la alma es el tema de casi todos mis posts anteriores. Pero creo que es turno de abrir los ojos y mirar hacia afuera desde aqui adentro...



Es hora de empezar a mirar el mundo, a comprender por qué las cosas se me vienen así. Nunca voy a tener la ocasión realmente perfecta para sumirme dentro de mi mismo. No en este mundo, al menos. Siempre está lo externo, afectandonos día a día, alterando nuestras personalidades, nuestro propio mundo interno se ve afectado por el vasto exterior.



Son pocas las veces en as que uno puede dedicarse en pleno a algo. Siempre hay algo pendiente, algo que nos liga, aunque sea involuntariamente, a lo demás. Pero hay ciertas ocasiones en las que uno logra sentarse a nada y simplemente dejar correr el alma.



Pero solo, uno no es nadie...



Y luego, estan los otros. Ellos. Todos aquellos con quienes comparto el exterior, y aquellos pocos a quienes intento acercar a mi propio y casi hermético santuario. Ellos están siempre ahí, y aquí también, aqui dentro. Son parte del ruido interior ... pero tambien del silencio exterior.



Sentarse de frente a alguien y hacer nada más que mirar a los ojos es algo que cada dia nos cuesta más. Hace falta confianza para hablar temas privados, para dirigirse a alguien por su nombre... Pero lejos lo que demuestra mayor confianza es la capacidad de mirarse a los ojos, esos pozos semi opacos que de pronto se nos vuelven de una claridad infinita y nos muestran todo...



Es uno de los tesoros más preciados de una relación.



En fin...



Divago



En silencio