sábado, 27 de septiembre de 2008

Lingering appeal

No sabría reaccionar a las cosas que estan sucediendo a mi alrededor si estas me sucedieran a mí. Pero qué demonios, me están sucediendo.

Parálisis mental.

Me revienta escuchar que cada persona se excusa con su naturaleza: "Es mi naturaleza", "Así soy"...

¿Existe realmente una naturaleza?¿Es que realmente hay una barrera inquebrantable que no nos deja movernos más allá de ciertos parámetros previamente establecidos? Vamos... te vas a enojar y claramente vas a creer que no tengo la razón, pero sé que eso es simplemente una excusa barata para aquellos que no se atreven a cambiar algo en sus vidas por el miedo omnipresente de lo desconocido. La gente realmente es tan terca como para creer que tirándose en bungee está haciendo algo valiente, cuando el real lanzamiento es a hacer algo que nos cuesta. La mejor demostracion de amor ropio y al progimo es hacer algo que nos cuesta, y hacerlo por el otro (Vicho, fuiste un gran ejemplo man!).

¿Realmente quieres decirme que es tu naturaleza estropear tu propia vida?

domingo, 21 de septiembre de 2008

Don de fluir

Cuando miro al espejo y me veo presente ante mi mismo; cuando hablo a voces disparadas y las ondas de sonido rebotan a mis oidos; cuando tomo mi barba en contemplación; cuando saboreo el aire atrapado entre mi paladar y mi lengua y huelo con atencion los olores que, insisto, traen un pasado que permanecia oculto en invierno cuando la gripe no nos permite oler.

Cuando el corazon vibra a ritmos valientes y desenfrenados; cuando los pies se mueven solos disparandose a beats tránsicos a los que solo obedece nuestro instinto animal; cuando mis brazos apuntan a cada direccion en la que mis ojos ven una luz parpadeante repitiendose infinitas veces como un animal luminoso que juega conmigo al son de los tambores y los bajos.

Cuando ustedes se hacen presentes como cinco espejos que me deforman en formas reales pero elevadas hacia distintas dimensiones de un hipercubo o un merkaba que me alinea en perfecta armonia conmigo mismo.





Simple don de fluir.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Triple backflip: acrobacias de un organo vital con ventrículos

Parece una luz que se desplaza de esquina a esquina dentro de algo que al principio pensamos es el cuerpo. Basta una pequeña mirada, asomarse solo un poco, para saber que esa cosa incierta -que ahora creemos ver con nuestros propios ojos-, está dando botes dentro de nuestro universo interno, nebuloso y fantasmal; y esta se pierde dentro como una pequeña criatura que juega a esconderse, emitiendo risas tímidas que resuenan mil veces en los eternos rincones y llevando consigo una pequeña lámpara que resplandece con ilusiones y (quizás) promesas de un futuro incierto.

El tiempo, relativo; la realidad, variable; el futuro, incierto; la gente... no, las personas... no, la persona, un misterio.

Cuando hablo de "tú", a ti me refiero.

Tratar de entender lo que sucede en una realidad variable, en un tiempo relativo, con una persona misteriosa (aún mas misteriosa que el misterio innato de simplemente ser un individuo), y sin conocer un futuro, es algo que no tiene sentido ni logica. Quererlo, querer vivirlo y sentirlo es algo que carece de argumentos razonables. Entonces, ¿por qué se quiere, por que se vive y por que se siente?

Un sabor amargo me llena la boca. Un nudo en la garganta. Es dificil curar las cicatrices rasgadas de un gran finale. Porque se pierde parte de la inocencia de uno mismo, el mundo se vuelve frio, nos hacemos más concientes y menos soñadores. Nos volvemos cobardes, y nos encerramos cada vez más adentro, aclanzamos más profundo dentro del cascarón de la inflexible "verdad". Doy todo por terminado, me he rendido un millon de veces.

Rendirse. O no intentar. La Verdad. Tragedia. Es un dogma que puede aniquilar a una persona. Hemos sido aniquilados por lo que creemos Verdad. El "no más". La cobardía del corazón abatido. La realidad del modo seguro de vivir. Sin sentir. Solo calcular.

Domina la lógica de pensamiento. La frustración se abre paso en mi mente y todo se vuelve nebuloso. Nuevamente aparece un pequeño farolero, un recien llegado a este espacio en mi interior, riendose de mi intrincada revelación humana de afectos desmedidos, incontrolables, llevando todas las respuestas a ellos dentro de su pequeño aparato. De pronto el recien llegado se da vuelta. Esa cara me parece inquietantemente familiar. O es que la conozco pero me cuesta creerlo. Quizas, incluso, quiero creerlo pero lo temo. Es la cara de un recien llegado. Si, definitivamente quiero creerlo.

No hay explicación, esa es la respuesta. Buscarla seria perder el tiempo (acudiendo en el caso a su calidad de relativo, y usualmente acelerandose desmedidamente cuando menos se le requiere) que se tiene para sentir. La frustración no es una opción; ya muchas veces ha entrado en mis musculos para debilitarlos y hacerme caer del camino a los cumulos nimbos.

No, no me abatirá. Si he de caer denuevo al derrumbe de un puente de miradas con asombro e ilusiones, esta vez será un golpe devastador. ¿Y qué?

Daré ocho vueltas de carnero, un triple backflip 1080° y un giro doble revertido en picada sin manos antes de reventarme contra el piso.

¿Brutal?

Bueno, cuando mire esos yesos, sienta esas contusiones, los huesos quebrados, las fracturas externas y sienta el olor de la siguiente dosis de morfina, los miraré, sentire y oleré con risas (a mis adentros, al menos, si no se me destruye la mandíbula), pues serán buenos recordatorios de que una vez mas, al parecer, le metí un ojo a ese farolito.

Y bueno, en caso de que llegue a oler a formalina, tendre recuerdos de un final dramático para mi vida. De todas formas, mejor que vivir hasta viejo sin vivir la vida en realidad.

He dicho.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Todo un año (y, changos, medio año!!)


Hace 365 dias estabamos en Arica.

Nunca ha dejado de sorprenderme esa propiedad que tiene el tiempo de pasar lento y rápido a la vez, de modificar sus segundos y minutos como plasticina, acorde con la ocasión. Pero hoy, que comienzo a sacar las cuentas de un buen año (refiriendome así a un año que, de hecho, ha tenido de lo bueno, de lo malo, de lo placentero y alegre y de lo grotesco e indeseable), me doy cuenta que esta vez no ha pasado solo un año. Ha pasado un minuto desde que desperté, hace un año realmente; ha pasado un eón desde que entré a la universidad y comencé a "definir mi futuro" (como tanto les gusta a los viejos fomes llamarle a nuestra busqueda de sentido), convirtiéndose en solo siete meses de un calendario en la pared; ha pasado una eternidad desde que sentía y sabía que algunas cosas realmente valen la pena más de lo que uno cree y nunca deben echarse al olvido, siendo que sólo sucedió en los ultimos dias soleados de un verano. Al lado de la enormidad de nuestro universo, de la complejidad infinita del cosmos que nos rodea, mis medidas espaciotemporales no pueden más que avergonzarme a primera vista. Pero luego, mirando en retrospectiva, recordando como el mundo se transformó en mi mente y en mi alma tantas veces, no puedo más que sentarme a mirar al pasado con nostalgia y añoranza.

Y aún así...

366 días de la cuenta, después de toda una era dentro de mi insignificante tiempo dentro del huracán universal, siento denuevo como si lo que se encuentra encerrado en mi pecho, al parecer una pequeña y tenue llama, se agrandara de pronto como una galaxia enorme, quemando por dentro.

¿Qué hace uno?