lunes, 14 de abril de 2008

La historia del elefante y la comicosa

Habia una vez un elefante con tres colmillos. Uno se llamaba Pedro, el otro Gustavo y el otro era de sexualidad incierta, por lo que lo llamaban Jorgina Fierro, aunque ella se autodenominaba Sebastián. Todos contrayentes del mismo matrimonio, solían salir los sabados por la noche a comer pan con guacamole en El Charco de Willy, que quedaba a pocos pasos del nido del elefante. Luego de un apresurado juego de cartas del mago Ollie -en el cual corrían muchas apuestas; entre ellas las vidas de los participantes, como el conocido caso de Federico el cuático, que apostó su cuarta cabeza por un par de limonadas y perdió-, solian salir a celebrar con unos huiros al techo del cerro.

Una mala noche, mientras daban vueltas para prender la lavadora antes de irse a jugar, toco el dintel de sus ventanas la comicosa. Jorgina se acercó para darle vuelta al pestillo, pero Gustavo la detuvo:

- ¿Cómo, a tí, colmillo feo y de escasa definición sexual, se te ocurre venir a abrirle a esa comicosa que anda sublimando por ahí al lado? ¿Acaso no puedes ver con tus ojos que no llevas puestos, que no trae su sombrero puesto?

A lo que Pedro, que llevaba puestos sus zapatos de charol, agregó:

- Sí, además no han venido a afinar los timbales hace más de trés segundos... ¡Sabes qué diría mamá si entra una comicosa en esas condiciones!

Ante tan obvios motivos, Sebastián se dijo al oído que era un tarado/a, y luego de golpearse tres veces en el gorcilonso, cerró las palmeras, paleteó la lamparolleta y se fue a sisear.

Pero la comicosa no se rendiría tan facilmente...

CONTINUARÁ

1 comentario:

Anónimo dijo...

Trato de entender tu cuentoo y me parece que es el resultado de muchas horas de insomnio, café, electropunk y laminas rebotando.Encontre los signos de interrogacion jejeje al menos... que decir!! le trato de buscar un significado de mil simbolismos jaja del subconciente y weas pero alfinal tal vez no signifique nada y no es nada razonal y hay q entenderlo como aquello. Me gusto eso de dar vueltas para prender la lavadora, no sé me dio risa. Cuidado con la REPRE que parece q se identifica con alguno de de los colmillos con la sexualidad incierta. Quiero ver lo que sigue... jeje