lunes, 9 de abril de 2007

Með Blóðnasir

Me sangra la nariz.


Hoy me pegué otro porrazo. Para variar, hice las cosas tan mal que me alegré mucho ante la posibilidad de hacerlas bien la proxima vez. Soy muy idiota para esas cosas, como un perro al que le pegan y le tiran piedras pero jura que están jugando con el. Dichoso él! Solo que yo me pego solo, como masoquista, no sé. No es que lo haga a propósito. En fin...


Fué un día extraño. A pesar de estar helado y nublado, me dió esa sensación de dia rico, apacible. Mientras caminaba lento de vuelta a mi casa, sentía los pequeños ruidos de las plantas moviendose con el viento, los autos lejanos, no molestos, el viento helado en mi cara, trayéndome el olor a leña de una casa cercana, dandome una extraña sensación de comodidad dentro de mi parka... encontré unas flores muy raras, y me pareció extraño. En mi eterna ignorancia, no tenia idea que había flores que florecían en otoño.


Entonces me senté aquí, con todo eso dandome vueltas en la cabeza, y me dí cuenta de que todo puede ser una señal de que a pesar de lo feo que se nos venga todo aparentemente, se puede disfrutar enormemente de lo mismo que desde otro punto de vista nos parecería horrible y deprimente.


Como las flores raras esas que florecen en otoño.

1 comentario:

dani dijo...

noto que sigues encantado de los detalles a pesar de los porrazos. eso siempre es muy bueno, porque siguers andando, porque tienes fe, por todo.

hay que ser mmás como las flores e n otoño, definitivamente..